Reseña de La Plaza Vacía (Danilo Martuccelli y Maristella Svampa, 1997)

Maximiliano López
4 min readMay 5, 2020

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Este libro es una aproximación realizada en torno a la reconfiguración de identidades en partidos políticos y organizaciones barriales en Argentina durante la década de los noventa. Transformaciones identitarias relacionadas al peronismo y el nacionalismo popular en tanto tradiciones que sedimentan dichas identidades.

El camino y las características de los movimientos explorados por Martuccelli y Svampa nos permiten delimitar la naturaleza unanimista, democrática y movimientista de los espacios que representan, en los dos mil, a las identidades piqueteras, y más adelante, también, a los movimientos de trabajadores de la economía popular (aunque ambas identidades, si bien diferenciadas en mas de una cuestión, co-existen en los mismos espacios). Estos trabajos también nos dan una pauta sobre cómo fue la trayectoria seguida por estos espacios durante los años noventa, en el marco de la hegemonía neoliberal que tuvo lugar en esa época. Un tiempo de reflujo político que, sin embargo, no canceló la acción política en las bases. Dando lugar a una diversidad de procesos dirigidos al restablecimiento del vínculo político horizontal (entre organizaciones barriales y bases partidarias) y vertical (estado nacional, provincial y local) luego del derrumbe del modelo económico y social nacional-popular y durante la constitución de la hegemonía neoliberal.

Un aspecto importante de este trabajo es la indagación en el origen de las organizaciones barriales compuestas por estas identidades ligadas al nacionalismo-popular y el análisis de la noción de “pueblo” por medio de la diferenciación de dos tipos de conceptos alrededor de esta; por un lado, la variante nacional-popular, de carácter colectivista y social, por el otro, la variante liberal, de carácter individualista, en la que este término es reemplazado por el de “sociedad civil”. La característica más importante de esta operación, que nos es de utilidad para el desarrollo de esta tesis, es la cohabitación entre ambas variantes en este concepto. Esto es, el rasgo de los movimientos como generadores de ciudadanía social en los sectores populares. A la vez que también nos parece importante rescatar la cohabitación entre el unanimismo y la participación democrática como característica de las organizaciones que se abordan.

En el entramado de características y lógicas contradictorias que cohabitan al interior de estas identidades, que confrontan, pero a la vez se vinculan con identidades que portan discursos antagónicos como producto de la reconstitución hegemónica en los años noventa, se establecen vínculos que generan ciudadanía social y posicionamientos en los márgenes o fuera de esa hegemonía que, sin embargo, no cortan con estas relaciones.

Estos movimientos, cuyas identidades (reducidas al contacto de vivencias cotidianas y que, por otra parte, mantienen, en algunos casos, su lealtad al peronismo reconvertido al neoliberalismo como un mal menor) preceden y sedimentan parcialmente a la identidad piquetera, caracterizados por su identidad obrerista, la continuidad erosionada de una estructura del sentir, la generación de ciudadanía, la identificación política con el líder (cuya eficacia mantiene debido a su lejanía del impacto producido por la económica en el territorio, ya sea en un nivel nacional, provincial o local) y por representar una contracultura popular que antagoniza con el discurso hegemónico del neoliberalismo, aunque también, en un juego dialéctico, se impregna de este, empujan a sus representantes y representados a una precaria integración política en un contexto de exclusión social que es equivalente a la consolidación de una realidad de desafiliación social.

Es interesante como este trabajo muestra como en una situación de repliegue estatal generalizado a nivel nacional/federal, como manera de reparar los daños provocados por esa dinámica, se fomentan vínculos entre los movimientos y los estados provinciales, en especial los que implementaron en aquellos años una suerte de programa de bienestar a través de políticas sociales de contención que generaron lógicas equivalenciales entre estos estados subnacionales y movimientos sociales, sociedades de fomento y cooperativas que fueron ocupando lugares de intermediarios en reemplazo y/o convivencia con la figura del puntero partidario tradicional.

La Plaza Vacía inauguró, junto con otros estudios como los realizados por Merklen y Auyero en esos mismos años, un rico y denso campo de estudios sobre los movimientos sociales y organizaciones barriales que nuclearon a los sectores empobrecidos y precarizados, a los desempleados y excluidos del modelo económico neoliberal. Las tesis de Martuccellli y Svampa sirven de base para explicar el origen, entre finales de los añños noventa y principios de los dos mil, del universo de los movimientos de desocupados o piqueteros que comparten una identidad asociada al peronismo de carácter revolucionario.

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